TARRAGONA
SUPO TARRAGONA
TARRAGONA

Qué es la Casa de la Festa
Situada en la vía Augusta, 4, la Casa de la Festa alberga los bienes patrimoniales del cortejo festivo de Tarragona: gigantes, cabezudos, bestiario, trajes, imágenes, torres humanas (“castellers”) y otros símbolos identitarios de la Fiesta Mayor entre el 15 y el 24 de septiembre.
Tiene tres salas expositivas y una sala audiovisual para sumergir al visitante en la secuencia ritual de la festividad.
La visita de SUPO: más que ver, tocar
Lo que hizo especialmente significativa la jornada del 12 es que los participantes ciegos y con baja visión pudieron tocar todos los elementos de la fiesta expuestos. Esta posibilidad no sólo añade una dimensión sensorial directa, sino que transforma la experiencia cultural para quienes tienen dificultades visuales:
El contacto táctil con los trajes, las figuras, los materiales del bestiario permite apreciar textura, forma, peso, detalles que la vista percibe mal o no percibe.
Tiene un impacto emocional importante: sentirse parte de la fiesta, poder conocer de primera mano lo que otros ven.
Refuerza la identidad y el sentido de pertenencia, ya que los elementos que representan tradiciones populares dejan de ser objetos “lejano” para convertirse en algo accesible, real, palpable.
Importancia de la accesibilidad cultural
Para personas con baja visión, la cultura muchas veces se vive de modo parcial: imágenes poco definidas, distancias, iluminación inadecuada, barreras físicas o de información descriptiva. Poder tocar los objetos reduce esa brecha. Además:
Facilita la inclusión, pues no se limitan a “ver por encima” lo que otros disfrutan plenamente.
Mejora la autoestima y la autonomía cultural, al normalizar la participación activa.
Puede sensibilizar al público general, a los gestores culturales, para que museos adapten sus prácticas: visitas táctiles, sonido, contraste, iluminación, descripciones orales, etc.
El momento social: comida y conexión
Después de la visita cultural, los socios compartieron una comida en un ambiente excelente. Este momento no es un simple “aperitivo al final”: la convivencia refuerza los lazos entre los miembros de SUPO Tarragona, permitiendo conocerse mejor, compartir sensaciones, impresiones, visiones distintas de la fiesta y de lo vivido. Comunitariamente, esas comidas ayudan a construir un grupo más cohesionado, donde la diversidad —incluyendo la discapacidad visual— suma y enriquece.
Conclusión
El 12 de septiembre fue una fecha para recordar: una visita que no sólo enriqueció culturalmente, sino que fue auténticamente inclusiva. Una jornada donde historia, tradición, arte y sentido comunitario se fundieron, demostrando que la cultura accesible no es un complemento, sino una piedra angular de la igualdad.